viernes, 30 de enero de 2009

Apiterapia

Un Poco de Historia

La primera vez que se habló de APITERAPIA fue para hacer referencia al uso médico de las picaduras de abejas o apitoxiterapia.
Pero si me detengo a hacer un poco de historia, aquí no es porque los demás productos apiterapéuticos no tengan antecedentes antiquísimos, recordemos el uso del propóleo que hacían los antiguos egipcios, romanos, persas e incas, al igual que de la cera y la miel. Basta con buscar en el papiro de Ebers (1700 a.n.e.) en la Torá (Pentateuco), Profetas y otros libros bíblicos, en los escritos de Aristóteles, Plinio, Dioscórides, Galeno, Hipócrates, Varro, Avicena, y demás eruditos de la antigúedad, para trazar los antecedentes conocidos de la apiterapia con productos de la colmena.

En la historia de la medicina se destaca la figura del médico Philip Semmelweis, pionero de la antisepsia. Cuando en 1847 comenzó a trabajar en el departamento de Obstetricia de la Universidad Imperial de Viena, la mortalidad materna en éste era de 26%. Semmelweis planteó repetidamente que la causa de esa alta mortalidad era la sepsis puerperal provocada por las manos contaminadas de los cadáveres. Sus argumentos fueron rechazados una y otra vez por las autoridades de la Universidad, a pesar de que en 1860 Semmelweis había logrado reducir la mortalidad a casi 0.5%.
Semmelwieis no logró vencer la oposición a sus argumentos sólidos. En 1865, a los 47 años, murió en una manicomio cerca de Viena.

Años después Lister abogó por la antisepsia quirúrgica y hasta hoy es considerado como el Padre de la cirugía antiséptica. Similar en muchos aspectos a la historia de Semmelweis fue la vida del médico Philip Terc, padre de la apitoxiterapia. Ambos se llamaban Philip, eran médicos austríacos, casi contemporáneos y tuvieron que enfrentarse al dogmatismo académico de la Viena del siglo XIX.
Ter (1844-1915) nacido en Praporiste, Bohemia, era reumático y sufría de intensos dolores articulares. Un día sentado en su jardín, en 1868, fue atacado de pronto por muchas abejas y a partir de entonces sus dolores comenzaron a desaparecer y los miembros adquirieron nueva movilidad.

A partir de entonces se dedicó a investigar la causa de su sorprendente cura y permaneció durante 10 años haciendo experimentos, pese a ser combatido y riduculizado por sus colegas.
En 1878 y 1889 presente ante la Universidad Imperial de Viena sus notables conclusiones sobre miles de pacientes tratados con éxito, pero se encontró con un auditorio hostil e instransigente, a tal punto que Terc decide irse de Viena por temor a que lo internaran en un manicomio. No obstante, dejó como testimonio de sus investigaciones varias publicaciones, además de un libro editado en 1910.
Tras el rechazo de las autoridades científicas austríacas a las investigaciones de Terc, otros médicos en Francia, Inglaterra, y Alemania, siguieron sus métodos y reafirmaron sus conclusiones.

Cada vez es más extenso el uso del veneno de abejas en el tratamiento de numerosas enfermedades y se cuentan por docenas los preparados con apitoxina comercializados por la industria farmacéutica.
En 1920 se inicia en Japón la acupuntura con abejas; La Apipuntura.
Desde entonces ha continuado el desarrollo de la apitoxiterapia y en estos momentos estas son las principales afecciones tratadas con apitoxina.

- Espondiloartritis deformante.
- Afecciones reumáticas (poliartritis reumáticas, miopatías, cardiopatías reumáticas)
- Poliartritis infecciosas no específicas.
- Afecciones del sistema nervioso periférico (radiculitus lumbrosacra, inflamaciones de los nervios ciático, femoral o facial, neuralgia intercostal, polineuritis, etc.)
- Ulceraciones tróficas y llagas atónicas.
- Vasculopatías quirúrgicas (tromboflebitis sin supuración, endarteritis, enfermedad arteriosclerótica de los vasos periféricos.
- Asma bronquial
- Síndrome migrañoso
- Hipertensión arterial
- Iritis e iridociclitis.
- Síndrome de Méniere.
- Eccemas
- Psoriasis
- Epilepsia
- Aftas tróficas y heridas débilmente granulosas.
- Fiebre reumática aguda
- Endocarditis
- Mialgia y miositis
- Esclerosis difusa.

Contraindicaciones

Está absolutamente contraindicado aplicar la apitoxina con picaduras de abeja o el veneno de éstas en los siguientes casos:
- Hipersensibilidad (alergia al veneno)
- Diabetes
- Enfermedades infecciosas agudas
-.Tuberculosis
- Albuminuria
- Enfermedades psíquicas
- Enfermedades del hígado y las glándulas suprarrenales en la fase de agudización.
- Nefritis
- Sífilis
- Gonorrea
- Anemia}
- Trastornos hematológicos con disposición a anemia o hemorragia
- Agotamiento general del organismo
- Úlcera gástrica y duodenal con tendencia a hemorragias
- Neoplasias (tumores malignos)
- Eeríodo menstrual reciente.
- Embarazo (primeros meses)
- Cardiopatías: afecciones cardiovascular crónica, aneurisma de la aorta, angina de pecho, arteriosclerosis, miocarditis.
- Insuficiencia cardíaca de segundo y tercer grados.
Tampoco se aplicará el tratamiento en pacientes con:
-Temperatura elevada
- Estrés emocional
- Astenia por insomnio
- Insuficiencia cardiorrenal.

Alergia a la Apitoxina

Es importantísimo conocer si una persona posee hipersensibilidad o no al veneno de abejas antes de empezar cualquier tratamiento. Para ello usted puede realizar una sencilla prueba alérgica, para comprobar la reacción anafiláctica.. Consiste en aplicar intradérmicamente 0.1 ml. de veneno en el antebrazo. A las 24 h. se inyecta la misma dosis en la región lumbar. Si no hay reacción alérgica, puede realizar el tratamiento al cabo de otras 24 h.
Un 0.4-2% de las personas sufren una elevada sensibilidad al veneno de los himenópteros, incluída la apitoxina.

Aunque suceden muy raramente, se conocen 3 efectos nocivos graves por las picaduras de abejas.
1. Neurotóxico (parálisis del sistema nervioso)
2. Hemorrágico (aumento de la permeabilidad vascular de los capilares sanguíneos)
3. Hemolítico (destrucción de los glóbulos rojos)

Procedimiento Terapéutico

La terapia con veneno de abejas, una vez que usted se cercioró no ser alérgico a éste, no produce ningún efecto colateral adverso. No importa cuánto tiempo se haya usado. Es segura, efectiva y cuesta poco. Se pueden aplicar directamente las abejas al paciente para que lo piquen en la parte afectada de su cuerpo o usar inyecciones del veneno obtenido de las abejas y conservado en polvo en frascos estériles hasta que se disuelva.

Las principales formas de aplicación de la apitoxina son .
- Picadura directa de la abeja.
- Inyección de preparados estandarizados
- Ultrasonido (fonoforesis)
- Ionización
- Frotación mecánica.
- Inhalación
- Supralingual (bajo la lengua)

Información extraída de www.ecoaldea.com


 
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